ASÍ SE VIVE SEMANA SANTA: TRADICIÓN
Este año siento que todo fue distinto,
esta vez siento más cuchicheos que solo
hablan de las vacaciones de sus nietos o de sus hijos, esta vez siento miradas
de envidia para saber quien vino mejor vestido, escucho voces que hablan de las
familias que estuvieron veraneando por aquí “ los Miro Quesada, los D’Onofrio,
los Berckemeier, etc..” , se escucha hablar sobre Pérez de Cuellar y toda la
gente que vino este año a su casa, pero nadie se da cuenta que hoy estamos de
luto, que hoy el personaje más importante de la historia, de nuestra historia
murió y que a los tres días resucitará para salvarnos del pecado, de sus
pecados, de sus cuchicheos.
Desde hace veintidós años, es decir toda
mi vida, siempre regreso al mismo lugar: ANCÓN. Mi hermoso balneario, en donde
para ser sinceros encuentro la tranquilidad que Lima jamás dará. Aunque es un
distrito limeño, gracias a su lejanía aún los anconeros viven con cierto
fervor las fechas de jueves santo,
viernes santo, sábado de gloria y domingo de resurrección.
Este año semana santa coincidió los días
cinco, seis, siete y ocho abril, además de recordar la muerte de Jesús, en
estos días mi familia también vive su propias semana santa, su propio calvario pues
tres de mis tíos fallecieron estos días.
El
concepto de semana santa cada año va cambiando y es posible analizar estas
fechas de distintas maneras como por ejemplo los buenos ingresos que tienen los
pescadores pues la demanda del pescado aumenta haciendo que los precios suban
de manera incontrolada, exagerada y que las cevicheras suban los precios y
sirvan menos. En estos últimos tiempos la gente solo piensa que es un fin de semana largo para divertirse, dormir
bien, embriagarse y por ahí leí en algún estado del facebook de un amigo: “lo
mejor que ha podido hacer la iglesia católica, semana santa”; en fin la gente
vive esta fecha como mejor quiere.
La semana santa anconera llega al “clímax”
el viernes santo, cuando sale a las cinco de la tarde la procesión del Santo Sepulcro
cargada exclusivamente por hombres anconeros, hijos de pescadores que han
seguido con la tradición de sus padres, con el mismo cariño, con el mismo
fervor; detrás del Cristo muerto salé como buena madre la imagen de la Virgen
Dolorosa que es llevada en hombros por mujeres anconeras, esta vez las mujeres
llevaron una mantilla blanca en la cabeza cubriendo su cabello de una manera
delicada. La procesión de estas dos
imágenes son paseadas por los lugares más antiguos de este balneario, saliendo
de la Iglesia de San Pedro ubicada en el parque central y luego va yendo hacia
el barrio obrero hoy conocido como Garcilaso, luego baja hacia el club tiro de
ancón, va hacia la base aérea (FAP), luego sigue bajando hacia el cercado,
luego pasa por el balneario entrando al malecón hasta llegar al casino náutico
retornando luego por el malecón y entrando a la calle dos de mayo hasta llegar
al parque central y luego a la Iglesia.
Es enorme el sacrificio que hacen los
hermanos del Santo Sepulcro y la Virgen Dolorosa cuando van paseando las
imágenes entre calles pequeñas pero cuando llegan al malecón los veraneantes
son los que se pelean por cargar, las caras de los pueblerinos es de fastidio
pues deberían acompañar a la procesión por todos los lugares a donde va, además
de tener una preparación previa como todos, sin embargo esto vez año tras año y
nadie pone una voz fuerte de protesta.
Estos días las personas aún guardan
respeto pues salen a la procesión vestidos de negro además de comer pescado en
sus diferentes presentaciones, recopilando platos que en muchos lugares ya se a
perdido. Es ahora cuando recuerdo las tantas reuniones familiares que se daban
de manera seguida cuando mi bisabuela estaba aún en vida y preparaba raya seca,
charquicán, ensalada de muchame y el típico pescado frito. Aún recuerdo lo
mucho que me costaba comer esto, era un logro
terminarlo.
Y es así como se vive semana santa en
ancón, a una hora y media de Lima, luego de esto todo vuelve a su normalidad,
todos vuelven a la rutina y los que vivimos en Lima prometemos volver siempre
al lugar donde se encuentra la paz y los recuerdos de niñez te abrazan
fuertemente.
Escrito por : Thalia Alvarado Cabanillas
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